miércoles, 3 de agosto de 2011

Emisario

Ayer mientras se celebraba la partida al Never More del padre de un hermano de luna, entre chelas y silencios de humareda, arenisca de colores y esperanza de nada, el cófrade me describió pasajes muy morados (casi tiniebla) entre velos y amapolas y barcos muy, muy ebrios. Imaginé, como era de esperarse, el lívido paisaje de un vampiro hembra. Hoy, A Whiter Shade of Pale me place y me educa en lo púrpura de la garúa, que ya se enciende noche. Tránsito velero. Os veo. Gracias, indesmayable gracias.

1 comentario:

  1. ese pasaje púrpura, ese ileón atorado que es la rúa efímera del verdad. Allá voy, allá lo espero.

    Estrada

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