jueves, 20 de octubre de 2011
Palabra de Rimbaud
Qu’est-ce pour nous, mon cœur, que les nappes de sang
Et de braise, et mille meurtres, et les longs cris
De rage, sanglots de tout enfer reversant
Tout ordre; et l’Aquilon encor sur les débris
Et toute vengeance? Rien!... Mais si, tout encor,
Nous la voulons! Industriels, princes, sénats,
Périssez! puissance, justice, histoire, à bas!
Ça nous est dû. Le sang! le sang! la flamme d’or!
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Corazón mío ¿qué nos importan las capas de sangre
y de brasa, y los mil crímenes, y los interminables gritos
de rabia, esos llantos de cualquier infierno que derriban
cualquier orden, y el Aquilón gimiendo aún sobre las ruinas
y venganza alguna? ¡Nada! … Más, sí, a pesar de todo,
¡la deseamos! Industriales, príncipes, senados,
¡Pereced! ¡Abajo el poder, la justicia, la historia!
Es una deuda pendiente. ¡La sangre! ¡La sangre! ¡La llama dorada!
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He engullido un estupendo trago de veneno. -¡Sea tres veces
ResponderEliminarbendito el consejo que me ha llegado!- Las entrañas me arden.
La violencia del veneno retuerce mis miembros, me vuelve deforme,
me abate. Muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. ¡Es el
infierno, el castigo eterno! ¡Ved cómo el fuego vuelve a levantarse!
Ardo como es debido. ¡Vamos demonio!
Estrada